Para Gordon Stobart, algunos de los movimientos opositores a la idea de una única inteligencia, como el de las inteligencias múltiples de Howard Gardner y el de la inteligencia emocional de Daniel Goleman, también definen quiénes somos y prometen revelar nuestras habilidades y aptitudes subyacentes, aunque parezcan más benignos y estimulen unas prácticas más imaginativas de enseñanza y aprendizaje.

Para esta oposición de una única inteligencia central hemos seleccionado tres ejemplos :

1. Enfoques psicométricos rivales que “descubren” múltiples factores : Louis Thurstone constituía la máxima amenaza contemporánea a la identificación de SPEARMAN de una única inteligencia general. Otros psicómetras partían de supuestos diferentes acerca de la naturaleza de la inteligencia. Al utilizar métodos diferentes de análisis factorial, consiguieron generar “múltiples inteligencias·

2. Las inteligencias múltiples de Howard Gardner :  Gardner determina el número exacto de inteligencias. Por el momento son ocho (y otra a medias):

1. Lingüística : lenguaje escrito y hablado, aprendizaje de idiomas.
2. Lógico-matemática: analizar problemas, realizar operaciones matemáticas.
3. Musical: competencia para ejecutar, componer y apreciar la música.
4. Corporal-cinestésica: utilizar el propio cuerpo como actores,atletas,cirujanos,mecánicos.
5. Espacial : manipulación de modelos de espacios amplios (pilotos,navegantes) y de espacios más cerrados (escultores,ajedrecistas).
6. Interpersonal:capacidad de comprender las intenciones,motivaciones y deseos de otras personas (vendedores,políticos,docentes).
7. Intrapersonal : capacidad de comprenderse uno mismo para regular la propia vida.
8. Naturalista: capacidad para reconocer y clasificar las especies en su medio.

                                    * Existencial : solo se acepta aún con reservas y gira en torno a la preocupación por las “cuestiones últimas”.

3. La inteligencia emocional (IE)

Daniel Goleman ha reconocido que el concepto de  “inteligencia emocional” proviene de académicos como Peter Salovey, de la Yale University.

En la actualidad, la IE cumple una función animadora, ayudando a conseguir apoyos para intervenciones potencialmente útiles (aunque no siempre en la realidad) centradas en una colección heterogénea de competencias emocionales, cognitivas y conductuales.

Hay poco acuerdo acerca de lo que sea en realidad la inteligencia emocional y, por tanto, se está midiendo todo. Goleman, en su libro, solo tenía definiciones desechables :”capacidades… que incluyen el autocontrol, el celo y la constancia, y la capacidad de motivarse uno a sí mismo”; “la aptitud básica para vivir…para refrenar el impulso emocional; para interpretar los sentimientos más íntimos de otras personas; para llevarse bien y fácilmente con los demás”; “algunos lo llamarían personalidad”. Por tanto, en términos de validez de constructo, tenemos importantes problemas para decidir qué constructo evaluar.

Las confusiones conceptuales crean problemas de evaluación : La  falta de acuerdo acerca de lo que sea la inteligencia emocional plantea un importante problema de validez(¿qué evaluamos?) y esto se refleja en la diversidad de tests que se han elaborado.