Capítulo 4 : El atractivo de los estilos de aprendizaje

13.01.2012 12:09

 

En este capítulo se plantea por un lado la evaluación de los estilos de aprendizaje pero, a su vez, su aparente utilidad para ajustar la enseñanza a los estilos de los estudiantes y el riesgo de generar y configurar determinadas categorías de aprendices.

 

El atractivo de evaluar los estilos de aprendizaje es sencillo e intuitivo: si sabemos cómo aprenden mejor los estudiantes, podemos utilizar mejor este conocimiento para mejorar su rendimiento ajustando la enseñanza y los estilos de aprendizaje. Entonces, ¿por qué los revisamos aquí? Porque también ellos, a través de sus evaluaciones y categorías, corren el riesgo de crear el tipo de aprendices que somos, de “configurar aprendices”.

 

¿Qué son los estilos de aprendizaje? : No hay consenso acerca de lo que son, no es fácil decir qué tienen en común; incluso, se discuten “aprendizaje” y “estilos”. Esto se debe a que algunos de ellos tienen que ver con estructuras de la personalidad que con el aprendizaje, y los estilos abarcan disposiciones, rasgos, enfoques y preferencias, cada uno de los cuales refleja ideas muy diferentes del contexto y de la flexibilidad.

En 1983, L.CURRY organizó los distintos enfoques en un modelo de “cebolla”. En el centro, estaban los estilos cognitivos de personalidad más estables; la capa siguiente abarcaba modelos que abordaban el estilo del procesamiento de información, que tiene un elemento más contextual; la capa externa hacía hincapié en las preferencias de enseñanza, sobre la que podría influirse de forma más directa.

 

Estilos de aprendizaje visual, auditivo, táctil y cinestésico

En la actualidad, muchos docentes están familiarizados con la idea de las modalidades de aprendizaje Visual, Auditiva, Táctil y Cinestésica y a que una persona pueda ser aprendiza matutina, vespertina o nocturna.

Una de las consecuencias clave es que, como se interpreta que el origen de los estilos de aprendizaje es en gran medida biológico, se consideran relativamente fijos. Esto conduce a enfatizar al ajuste de estilos de aprendizaje y enseñanza: la enseñanza es la que debe adaptarse, no el estilo de aprendizaje.

El peligro de un modelo de estilos de aprendizaje es que los aprendices, sobre todo los que proceden de ambientes deprimidos, puedan quedar sometidos a una dieta de aprendizajes “básicos” táctiles y cinestésicos. Esta situación recuerda mucho la oferta de un currículum y una pedagogía restringidos para los alumnos de menor rendimiento, mientras que los demás se les ofrece un currículum más general e interesante y un amplio repertorio de enfoques de enseñanza.

 

Para concluir, decir que,  como hemos podido ver, los enfoques de los estilos de aprendizaje, presentan los mismos peligros : clasificaciones benignas, creadas por unos procedimientos de evaluación endebles, que definen la clase de aprendices que somos.